DIAGNÓSTICO
Se basa en la historia clínica, el
examen físico, la situación clínica de presentación y la
radiografía del tórax. El síntoma más frecuente del neumotórax
espontáneo es el dolor torácico. La disnea y la tos son menos
comunes. El grado de disnea dependerá tanto de la magnitud del
neumotórax como del estado funcional de base del paciente. Al examen
físico se encuentra disminución del murmullo vesicular y timpanismo
en el hemitórax afectado. Pueden hallarse otros signos como
taquipnea, tiraje intercostal, taquicardia e hipotensión, según el
grado de insuficiencia respiratoria que ocasione el neumotórax. En
los neumotórax de causa traumática se verán los signos externos
del trauma, desde equímosis hasta la palpación de fracturas
costales en casos de trauma cerrado, y desde signos de punción de
venas centrales y toracentesis hasta heridas por armas cortantes o
pérdida de la pared del tórax en casos de trauma penetrante. La
radiografía simple del tórax es confirmatoria. En casos de
neumotórax pequeños, una radiografía tomada en espiración realza
el neumotórax. No hay una manera precisa de cuantificar la magnitud
del neumotórax desde el punto de vista radiológico y, por lo tanto,
las decisiones terapéuticas deben fundamentarse más en la clínica
que en la cuantificación radiológica del volumen del neumotórax.
La tomografía computadorizada (TAC) del tórax tiene valor en el
diagnóstico diferencial entre neumotórax y una bula gigante.
Además, es importante en el diagnóstico de bulas subpleurales en el
pulmón contralateral en un paciente joven con neumotórax
espontáneo.